🌴Vacaciones: un gran impulso para tu salud mental, pero no todo el camino🌴
En este mundo acelerado y siempre conectado, la idea de tomar unas vacaciones a menudo se vende como una cura mágica para todo. ¿Estresado? ¿Agotado? ¿Ansioso? ¡Escápate! vuela a .., desconéctate, disfruta de cócteles en la playa y vuelve siendo una persona nueva, o eso dice la historia.
Pero, aunque las vacaciones ofrecen beneficios reales y medibles para la salud mental, no son una solución a largo plazo para problemas como el burnout, la ansiedad o la depresión.
Analicemos qué pueden y qué no pueden hacer las vacaciones para nuestro bienestar, y cómo aprovecharlas al máximo mientras priorizamos estrategias duraderas para la salud mental.
Beneficios de tomarse un descanso
No se puede negar el impacto positivo que unas vacaciones bien planificadas pueden tener en nuestra salud mental: mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés e incluso aumentar la creatividad, no eres solo tú, los estudios también lo corroboran.
El Instituto de Psicología de la Universidad de Berna, Suiza (2003), hizo un estudio donde analizó cómo el estrés laboral puede afectar nuestra capacidad para desconectar y relajarnos realmente durante unas vacaciones. Los resultados fueron claros: el tiempo libre ayuda a recuperarnos, pero solo si logramos alejarnos mentalmente del trabajo. Esa distancia psicológica juega un papel importante en mejorar el sueño, reducir los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y sentirnos más satisfechos con la vida en general.
Cuando se trata de descansar, no todo el tiempo libre es igual. Un estudio titulado Holiday Travel, Staycations, and Subjective Well-Being, publicado en el Journal of Sustainable Tourism en 2016, examinó cómo diferentes tipos de descanso afectan nuestra capacidad de recuperación. Comparó cosas como noches tranquilas en casa, fines de semana libres y vacaciones en las que se viaja.
Los resultados fueron claros. Los que pasaron su tiempo de vacaciones de viaje tuvieron el impacto más positivo, ya que éstas fueron las personas que experimentaron algo nuevo y pasaron menos tiempo frente a pantallas, obteniendo un aumento mayor del bienestar hedónico. Esto significa que sintieron más alegría, placer y un impulso emocional en general. Este tipo de vacaciones también ayudaron a reducir la rumiación, que es la tendencia a pensar demasiado o quedarse atrapado en pensamientos negativos.
En resumen, las vacaciones pueden ser un reinicio muy necesario. Nos ayudan a dar un paso atrás, recargar energías y ganar perspectiva, especialmente cuando nos sentimos abrumados por la rutina diaria.
Hábitos saludables durante las vacaciones que apoyan la salud mental
Si estás planeando unas vacaciones para mejorar tu bienestar, considera estas estrategias basadas en evidencia:
Desconéctate por completo: Unas vacaciones no son realmente reparadoras si estás revisando correos junto a la piscina. Establece límites antes de irte, usa respuestas automáticas y evita comunicaciones relacionadas con el trabajo.
Muévete con alegría: Actividades físicas ligeras como caminar, nadar o hacer senderismo pueden mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés sin sentirse como una tarea.
Prioriza el sueño: Recuperar el descanso es esencial. Evita sobrecargar el horario con actividades que reduzcan tu tiempo de relajación.
Experiencias conscientes: Elige lugares o actividades que involucren tus sentidos y te inviten a estar presente, las posibilidades son infinitas: puede ser desde cocinar un plato local hasta explorar la naturaleza.
Viaja con intención: Ya sea para reconectar con la familia o explorar una cultura nueva, tener un propósito detrás de tu viaje puede hacerlo más satisfactorio.
Planifica el regreso: El “bajón postvacacional” es real. Facilita tu transición de vuelta a la vida diaria reservando tiempo para ponerte al día poco a poco, en lugar de lanzarte directamente a una agenda llena.
Estas prácticas no solo mejoran la experiencia de las vacaciones, sino que maximizan sus efectos positivos en tu salud mental.
Las vacaciones no son una cura para el agotamiento
A pesar de estos beneficios, es crucial reconocer los límites de lo que un descanso puede lograr. Según HR Dive (2021), el 89% de los empleados encuestados sintieron que las vacaciones no aliviaron su agotamiento. ¿Por qué? Porque el burnout no es solo cansancio; es una respuesta compleja al estrés crónico, sobrecarga laboral sistemática, falta de autonomía y agotamiento emocional.
El Executive Forum destacó que los empleados a menudo regresan de vacaciones para encontrar una bandeja de entrada saturada y una mayor presión para “ponerse al día”, lo que anula cualquier relajación experimentada. En muchos casos, esto crea un ciclo donde las personas trabajan más antes y después de sus descansos, haciendo que las vacaciones parezcan un alivio temporal a lo mucho.
En algunas culturas organizacionales, los empleados incluso sienten culpa por tomarse tiempo libre, se mantienen semi-disponibles durante las vacaciones o temen represalias al regresar. En estos entornos, incluso las vacaciones pueden convertirse en una fuente más de estrés.
La ilusión de una solución rápida
La idea de que unas vacaciones pueden “curar” la ansiedad o la depresión es igualmente errónea. Aunque el tiempo fuera pueda ofrecer un alivio momentáneo, las condiciones de salud mental son complejas y requieren cuidados profesionales sostenidos. Un blog de SHL (2023) acuñó el término “enfermedad del ocio” para describir la sensación de que algunas personas se sienten peor durante las vacaciones debido al estrés acumulado, la falta de sueño y cambios bruscos en la rutina.
De hecho, lo que realmente necesitamos no es una escapada anual, sino microdescansos consistentes y culturas laborales que prioricen la salud mental durante todo el año. Hábitos diarios pequeños como dar paseos cortos, tener conversaciones de apoyo con los supervisores y mantener cargas de trabajo manejables pueden prevenir el agotamiento mejor que unas vacaciones anuales.
Lo que realmente funciona para la salud mental a largo plazo
Entonces, si las vacaciones no son la solución definitiva, ¿qué podemos hacer?
Apoyo terapéutico: La Terapia Cognitivo Conductual (TCC), el asesoramiento o el coaching pueden ayudar a manejar el estrés crónico, la ansiedad y la depresión más efectivamente que cualquier escapada externa.
Reforma en el lugar de trabajo: Las organizaciones deben responsabilizarse de crear entornos psicológicamente seguros, ofreciendo horarios flexibles, días de salud mental y liderazgo de apoyo.
Prácticas diarias de recuperación: Dormir regularmente, alimentarse bien, moverse, tener hobbies creativos y conectar con otros pueden crear un estilo de vida donde el agotamiento es menos probable.
Límites claros: Los empleados deben tener el poder de establecer límites sobre su disponibilidad, tanto durante las horas de trabajo como en las vacaciones.
Normalizar las conversaciones sobre salud mental: Reducir el estigma y facilitar que las personas busquen ayuda es crucial. Las vacaciones pueden dar espacio para la reflexión, pero deben ir acompañadas de pasos accionables.
Conclusión: Reinicia, no dependas
Tomar unas vacaciones es como presionar el botón de reinicio, una manera de refrescar cuerpo y mente, despertar la creatividad y ganar perspectiva. Pero debemos dejar de esperar que las vacaciones solucionen problemas profundos de salud mental o compensen dinámicas laborales tóxicas. Un descanso puede ser el comienzo del cambio, pero debe estar apoyado por prácticas intencionales y cambios sistémicos.
Así que sí, ¡vete de vacaciones!. Disfruta del sol, camina por montañas, piérdete en una ciudad extranjera. Pero cuando regreses, lleva contigo un compromiso renovado con tu bienestar mental diario, porque la verdadera recuperación no viene de la escapada en sí, sino de una vida sostenible y con apoyos.
“Un pequeño paso puede ser el comienzo para reconectar con tu mejor versión”
¡Hola! Soy Elia Giménez, psicóloga general sanitaria y terapeuta con más de 15 años de experiencia apoyando a personas con ansiedad, depresión, trauma y agotamiento. Ofrezco terapia online, práctica y basada en evidencia ciéntífica para ayudarte a sentirte más tranquilo, centrado, conectado contigo mismo.
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